A veces nos falta tiempo

No sé cuando llegó el momento en el que me di cuenta de que siempre podemos elegir. Y la elegí a Ella. Elegí horas al teléfono y conversaciones inútiles. Elegí su paciencia y su bordería. Elegí sonrisas para desayunar, para comer y para cenar. Elegí gritos, y abrazos, y caminatas por el centro de Madrid.
Porque en realidad es la que me aporta el equilibrio que me falta. La que me otorga el beneficio de la duda. La que cree en mi. La que me limpia las lágrimas y mientras espera a que vuelvan a salir. La que escucha al teléfono antes de soltar una idiotez. Esa chispa de alegría, esa locura especial que nunca me cansa, ese toque de razón que me acompaña, la voz de mi conciencia, mi media sonrisa, mi ojito derecho (y el izquierdo a veces también)
Y sabeis? a veces nos falta tiempo pero siempre conseguimos burlar al reloj.
cherries.