miércoles, 25 de enero de 2012

An education

Estás en el noveno piso y miras hacia abajo. Todas esas personas caninando por la Gran Vía se ven tan diminutas desde ahí. El ruido, las luces, los coches al pasar... aumentan tus ganas de gritar proporcionales a la euforia del momento. Has estado más cerca del cielo de lo que nunca nadie podría imaginarse y suspiras porque sabes que posiblemente esos 12 segundos en el balcón de la 907 serán los más felices de tu vida. De momento.

martes, 24 de enero de 2012

Say you'll remember.

Tenía ganas de soplar pestañas a tu lado, de romper calendarios, de comernos a besos por las calles de Madrid. Tenía ganas de tu olor, de tus manos y de hacer remolinos en tu pelo a la hora de dormir.  Tenía ganas de nosotros y de mantas y de camas y de un invierno menos gris. Tenía ganas de comerme el mundo contigo, de jugar a ser felices y de contar solo hasta 2. Tenía ganas de una locura (tuya) que cada vez es menos probable.

lunes, 23 de enero de 2012

Nos quedamos en el prólogo.

¿Y qué si no fue una saga completa de nosecuantos tomos? Nos quedamos en el prólogo, uno muy bonito con letra cursiva a tamaño 10. Quizás en tan pocas páginas no nos quedó espacio para todas las cosas que no nos dijimos, ni sabremos como acabó la discusión sobre el color de la tapicería del sofá, ni podremos seguir contando lunares que vayan apareciendo sobre la marcha... pero eso no lo hace menos especial. Y bueno, que sinceramente, ¿a quién coño le gustan los prólogos? nunca te enteras de que van hasta que no te acabas el libro, pero este puede ser una excepción. Un prologo que no pertenezca a ninguna historia, que no continue, que se quedé así, guardado en el recuerdo y con libre interpretación.


Before i die.