miércoles, 15 de agosto de 2012

Here we go again.


El don es de quien quiera aceptarlo. Basta con creer, aceptar y no tener miedo de cometer algunos errores.

Cherries.

viernes, 23 de marzo de 2012

It doesn't have to be beautiful

Siempre he creído que a las personas más importantes de nuestra vida todavía no las hemos conocido. Y como no existen, no nos preocupamos por si el coche les ha dejado tirados, si se les ha muerto un ser querido, si están tristes o si les han abandonado. No existen aún en nuestro  mundo y, por ello, su tristeza y felicidad no nos pertenecen ni nos afectan… Hasta el día que los conocemos y nos ponen al día.

Ahora me daba cuenta de que pasaba lo mismo con la gente que perdemos y sabemos que no recuperaremos. Es cómo si debiéramos olvidar que les pasa y les preocupa. La gente lo hace por sobrevivir, quizás sobrevivir no sea el objetivo principal.


miércoles, 21 de marzo de 2012

En respuesta a un amigo:

Mira por la venta. ¿Ves toda esa gente caminando sin sentido pero en direcciones concretas? ¿Te das cuenta de cómo todos van hacia algún lugar y con algún propósito? Ni tu ni yo nos cambiaríamos por ellos y eso es porque no podemos entender a dónde van, qué necesitan hacer… nada. Pero todo cambia por las noches. En plena madrugada asómate al balcón y fíjate en los edificios. Verás que hay pocas luces encendidas, muy pocas. Casi todo el mundo duerme, tan solo algunos están despiertos… Y esos son los que buscan y los que encuentran. A esas altas horas de la noche, en las que todo el mundo duerme, ellos están amando, follando o gozando de conversaciones intensas. Siempre debes poner en tu vida más noches que días.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Sí, mi capitán.

Hoy escribo por los sueños olvidados. Por las miradas perdidas, los besos incompletos y las personas imperfectas. Hoy escribo por todas esas cosas que nos quedan por hacer a todos y a cada uno de nosotros.

 Hoy escribo por, para y sobre él. El fan incondicional de cada letra del abecedario de mi teclado.  Y mira que hace poco llegué a pensar que no me quedaba nada más por decir, pero aquí estoy, porque en esta vida se dicen, se piensan y se hacen muchas tonterías.

Hoy escribo por sus ojos, que siempre ven mucho más allá que los míos. Por cada palabra muda que ha salido de su boca y que ha retumbado en mí hasta calarme hondo. Pero sobre todo, por los planes que nunca podremos hacer pero que nos encanta prometernos, a día de hoy.

Hoy escribo por su fuerza, por sus ganas, por su afán de soñador empedernido. Por su sonrisa, que ha iluminado el mundo desde una pequeña habitación de hospital durante meses. Por enfrentarse a las mareas, a los vientos y a los golpes del destino.

Sé que nunca tuviste tiempo para enseñarme a andar, hablar, leer o escribir, pero he aprendido de ti lecciones más valiosas e importantes. Gracias por enseñarme la vida en todos sus formatos. Gracias por enseñarme a luchar, hasta contra esa palabra que nos da tanto miedo. Pero sobre todo, gracias por enseñarme que para los ganadores como nosotros, no hay nada imposible en esta vida.

Prometo relevarte, capitán, aunque no podré manejar el timón tan bien como  lo has hecho tu. Prometo que todos los lugares que visites este último mes se quedarán con un trocito de tu esencia y prometo volver e impregnarme de ella. Prometo ser tus ojos, tu nariz y tu boca. Prometo vivir todas las cosas que te quedan por vivir a ti. Prometo no dejar que me hagan daño, otra vez (pero esta es la de verdad) y que me cuidaré sola, como me has enseñado.

Y es que hoy te escribo porque siempre me decías que la vida, a pesar de todo, es bella. Y a mí ahora me parece una auténtica mierda,  porque te echaré de menos, todos los días. Y aunque también decías que la hija del capitán nunca puede permitirse el lujo de llorar, quiero que entiendas que eso no puedo prometértelo. Pero sabes? Guardaré todas y cada una de esas lágrimas y las convertiré en sonrisas los días que mire al mar y este tranquilo.

Prometo no volver a despedirme más, porque duele demasiado. Sé feliz, dónde quiera que estés.
FDO: tu trozo de cielo.


domingo, 26 de febrero de 2012

Nunca decíamos adiós

Quiero escribirte tantas cosas que no se ni por dónde empezar. Puedo imaginarte aquí, sentado en mi cama, hablándome de cómo te gustaba mi jersey azul. Puedo volver a beber en todos los vasos que usaste o poner en la mesa las copas con las que brindamos 6 semanas atrás. Puedo escuchar la música que quiera fingiendo que no me importa que no estés aquí para quitarme mi canción. Puedo tomar una cerveza y decir que no pienso en ti, y dos, y tres, y creerme que no necesito tus absurdas preguntas sobre dónde estoy y a qué hora voy a llegar… ¿Cómo llego todo a acabar en tristeza? Supongo que a veces no nos queda más remedio que empezar de cero, porque empezar de cero es lo único que compartimos.
Bueno, eso, y los recuerdos, y cada día dos. Y la arena de la costa portuguesa. Las lágrimas que nos limpiamos en la cama los días que no quisimos llevarnos bien. Los 'buenos días princesa' de cada habitación de hotel. Las malditas películas que nunca me dejabas acabar de ver y la mancha de ketchup que tenías en el labio el día que comimos Kebab en París.
Pero ese no es el caso. Quiero escribirte tantas cosas que prefiero empezar por pedirte perdón, perdón porque las cosas no salieran como habíamos planeado. Aceptar eso no es fácil, pero lo fácil no tiene cabida en la vida de adulto, no es así?
Imagino que pasarán horas, días y meses y todavía seguiré preguntándome que fue lo que me llevó a enamorarme de esa manera, busco una respuesta lógica a esta pregunta absurda hecha cada mañana desde el día que te conocí. Pero en estos casos no tiene sentido preguntarse tal cosa. El amor es un sentimiento extraño, una locura que une seres que jamás pensaron estar juntos. Todo se resumía en una frase: Encajamos (al menos por un tiempo)
Sufrir para conseguir algo mejor es preferible a quedarse estancado y cómodo con algo que sabemos que no nos completa, eso es lo que hemos aprendido de todo esto. Y quizás, dentro de unos años, nos parece una de las mejores lecciones de la vida.
Quiero que nos imagines con una sonrisa en la cara cada vez que pienses dónde estuviste en 2011. Que nos veas corriendo por la calle y bailando en cada esquina. Que oigas nuestras risas aunque estén muy lejos ya y sobre todo, que algún día, en alguna parte, en algún lugar, nos encontremos con esa sensación, ese sentimiento, esa palabra que tanto ansiamos: Felicidad. Porque lo más bonito de ser feliz es la creencia de que ya nunca volverás a estar triste.
No quiero que sea un adiós dramático y peliculero, sino un hasta siempre alegre pero con algunas pizcas de nostalgia también, a partir de hoy, queda prohibido utilizar la palabra ‘’nosotros’’, ni siquiera para discutir.
-venga, yo de aquí a Barcelona, y tu?
-no voy a decir esas mariconadas… yo de aquí al infinito.

miércoles, 22 de febrero de 2012

kinda fun.

Podría parecer una persona normal, sonreir a la gente, ser comprensiva, educada y simpática, podría parecer que me importa mínimamente lo que me estás contando...
Podría hacer como que simplemente no veo más allá de las cosas cotidianas, que no analizo comportamientos, que pienso más o menos como tú.
Podría hacer como si realmente fuera así, y de verdad, que se me daría muy bien.


martes, 21 de febrero de 2012

The A team.

Como aseguran los expertos, cualquier ambigüedad, empezando por la meteorologica, es el principio de toda ansiedad. Y a mi, esta casi me esta matando la ultima oportunidad de pedirte perdon. El mundo a punto de todo, las cosas a medio sentir y yo con estos celos. Celos de no estar contigo, de no verte mucho mas. Celos de no sentirte mucho menos. Celos absurdos incluso antes de estar en celo. Celos humanos de ti. Y mientras siembro este sinsentido, una borrasca ciclica y anticiclonica anticipa litros de chubascos bajo ese par de pupilas tuyas rodeadas de nubes.
Mientras me expongo a tanta inclemencia, marejada tu de tanta discursion, crecen bucles de inestabilidad con tendencia a cualquier cosa menos a desaparecer.
Todo esto cuando quiere llover y no llueve. Todo esto cuando quiero querer y no quieres. Cuando estoy suplicando que te quedes… y hace tanto que te vas.