La mayoría del tiempo somos la excepción que rompe la regla, y algunas veces, la que la confirma. Cuando nos enfadamos somos la contradicción de lo que decimos y cuando nos echamos de menos, la afirmación de lo que pensamos. Somos lo que fingimos y mentimos pero también lo que sentimos y hacemos. Somos lo que queremos ser. Soy yo, con mis rarezas y mis resacas, la chica de la línea 6. Y eres tú, esa variable enloquecida de mi vida, el que me ha hecho crecer.
Sin despedidas.